Distancia,

La distancia es una mierda, sobretodo en la adolescencia..

sábado, 15 de octubre de 2011

Agresiones y algo más.




Se despierta. Aturdida. Con mucho dolor de cabeza. Mira en derredor. De repente, recuerda todo lo de la noche anterior. Pasos, manos, golpes. Se ve en ropa interior. Se asusta. Está fuertemente atada de pies y manos. Tiene la boca tapada. Está sobre una camilla con ruedas, tumbada bocarriba.
- Hola Anastasia.
- Hmmm- responde ella.
- ¿Tienes frío? Dejarás de tenerlo en breves- dice su verdugo apareciendo desde una esquina.- He sido paciente y he esperado hasta que te despertaras para jugar contigo. Merezco una recompensa- sonríe.
Anastasia empieza a dar tirones cuando ve un arma blanca salir del costado derecho del hombre. Consigue mover la camilla, pero el dolor en las muñecas es insoportable. El secuestrador se ríe. Se acerca a ella y coloca su mano en el vientre de Ania. La toca. Ella se retuerce. Está roja de rabia y de frustración. Pero no llora. Esta vez no. Él sigue con su juego. La palpa con las dos manos. Primero los pechos. Luego va bajando. La chica no lo va a permitir. Consigue quitarse la tela que le obstruye la boca y le escupe.
- ¡Zorra! ¡Te vas a enterar, maldita criatura!
Coloca el cuchillo en el brazo de la muchacha, y decisivamente, corta. Ania grita. Su agresor vuelve a hacerlo. Sigue cortando en piernas, brazos y vientre, hasta ver a Anastasia completamente cubierta de sangre. Pero ésta hace rato que se desmayó del dolor.
Un chorro de agua la despierta. Está desnuda, esta vez sí, debajo de una ducha congelada que arrastra los restos de maldad que ese hombre ha dejado en su piel. Se frota para sacar las impurezas. Encuentra una toalla, así que la usa. Le escuece todo el cuerpo. Se pone su ropa interior y sale del “baño”. Nada más hacerlo, alguien la empuja y vuelve a atarle las manos. La estampa contra la pared.
- Vas a pasar una noche inolvidable- masculla entre dientes.




Ni pelos, ni caspa, ni huellas. Nada. La policía es incapaz de encontrar ni una pista acerca del propietario de la carta. Aetiss llora. Quién sabe qué le estará pasando a su amiga.
- ¿Y no podéis hacer nada?
- Lo siento- responde el segurata.
Vuelven a casa abatidos. Aetiss se recompone.
- Esto no se ha acabado Pere. Yo la buscaré.
Y decidida, sale a la calle y se dirige al estudio de televisión más cercano.
- Señores- anuncia- tengo una exclusiva para ustedes.
Todos miran a la chica pelirroja que acaba de entrar.                                                                                                                                                                                                             - Se trata de un secuestro. Quiero que lo anuncien por todas partes, a todas horas, hasta que la encontremos.

2 comentarios:

  1. Hola :)
    Leí tu cartel en desmotivaciones y decidí pasarme por aquí.
    Me ha FASCINADO la historia, estoy ansiosa por ver como continúa.
    Tienes una seguidora más ;)
    Att: Somnolienta

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  2. Muchas gracias, :), pero no es solo de una, es de dos, somos un duo:)

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