Distancia,

La distancia es una mierda, sobretodo en la adolescencia..

domingo, 9 de octubre de 2011

Heladeria, lloros, hijos de puta.


Las dos se encuentran en la heladería. Anastasia está llorando. Aetiss va corriendo en cuanto la ve. No puede soportar verla así. Encima por un chico que le ha sido infiel. Por lo que le cuenta, varias veces. No puede ser. No pensaban que fuera así Raúl.
-Aetiss, te necesito…- dijo llorando Ania.
-No llores. ¡Qué voy y le meto dos ioias eh! –dijo hablando demasiando en serio.
-Nunca me lo esperaba de él joder...
-La verdad es que yo tampoco, tranquila, si te ha hecho eso es porque no te merece, porque eso es de cobardes, además si no te quería como él te ha dicho es un pedazo de gilipollas.
-Pues la verdad es que sí- dijo Ania secándose las lágrimas.
-Pobre de ti que te vea llorar otra vez por él.
- Es que solo me puedo desahogar llorando, y pegándole a un árbol, pero pegando a los arboles me hago daño, y la última vez me deje las manos hechas polvo…
-Está bien, pero no hagas nada más, ni le llames, ni le escribas nada en el muro, ni le hables por MSN, y mucho menos le busques por la ciudad… Prométemelo.
-Vale cari, te lo prometo, es más borrare todo su rastro.- dijo bastante decidida a cumplirlo.
-Más te vale. ¡Venga va acábate el helado de nata anda y vámonos de compras, que seguro que eso te devuelve el ánimo!
-¡Muy bien! Llama a Pere que venga con nosotras, no quiero que vayamos solas por favor…
- Jajajajajaja, estas segura tata?-dijo riéndose.
-¡Claro, cuantos más seamos, mejor nos lo pasaremos!
Aetiss llama a Pere. Este lo coge al vuelo. Preocupado. No sabe nada de lo que pasaba. Aetiss empieza a hablar.
-Amor, ¿Quieres venirte de compras con nosotras?, te tenemos que contar muchas cosas…- dijo con voz no muy segura.
-¿Cari ha pasado algo?, está bien, voy, ¿Os recojo en la heladería vale?
-Gracias amor, te amo como a nadie.
-Yo más princesa.
Cuelgan. Pere se ducha. Se viste. Se arregla. Coge la puerta. Gira a la izquierda. Baja las escaleras. Corriendo. Busca la heladería de la Avenida Portugal. Dos calles más allá de donde vivía se encontraban ellas. Ahí están. Se acerca rapidísimo y preocupado. Algo pasa.

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