
Después de una grata tarde, se fueron a cenar al McDonald’s. Pere abre la puerta. Duda de si empujar o tirar, siempre pasa. Van a pedir. Piden patatas. Siguen el camino que marcan esos pasillos. Se sientan. Abren las patatas. Raúl le pone una patata en la nariz a Ania, esta sonríe. Aetiss aprovechando el despiste de Pere, que reía sin parar, le tira un trozo de hamburguesa llena de kétchup. Se forma una tremenda guerra entre las dos parejas, chicos contra chicas. Unos clientes de cerca, se quejan de los ruidos, y les tienen que llamar la atención. Raúl y Ania se miran pícaros. Se abrazan. Se besan. Pere y Aetiss salen a la parte de afuera, para dejarles un poco de intimidad…
-Cariño, he estado esperando este momento toda mi vida…- le dice Pere con ganas de besarle.
-Te aseguro que yo más, era lo que más deseaba en el mundo, verte, sonreírte, besarte, abrazarte, susurrarte, cogerte, pegarte, tenerte a mi lado, cerquita- Dijo acercándose lentamente a su boca.
El beso mas esperado llega. Sonrisas. Miradas. Caricias. Susurros. Mordidas en los labios. Se alejan. Se vuelven a ajuntar. Nunca habían disfrutado tanto de un beso. El beso que han estado esperando durante meses. Por fin ha llegado. Esta aquí.
Raúl y Ania se dan cuenta, por fin, de que la parejita se había ido fuera a tomar el fresco y van ellos también.
-Bueno qué parejita, ¿nos vamos a casa de Pere a ver una película o qué?- dijo en tono de querer interrumpir. Sin duda, lo hizo.-Vale- dijo Pere apartándose de la boca de Aetiss y con un tono de romanticismo.
Las dos parejas, el cuarteto espectacular, la familia única y pura, se fue caminando hasta la casa de Pere. Suben escaleras. Giran hacia la derecha. En el 1º3ª. Ahí es.
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