Está amaneciendo. Habían dormido en la terraza. Por parejas. Sale el sol. Se escucha una voz diciendo; ¡el desayuno! Es Pere, ha preparado el desayuno para todos. Aetiss se despierta, mira hacia todos los lados, no está Pere con ella. Va corriendo a la cocina. No hay nadie. De repente alguien le susurra al oído.
-¿Me buscabas princesa?- dijo con tono soñador.
-Por supuesto mi príncipe.- dijo soltando una carcajada.- ¿Dónde está el
desayuno imperial?
-En la mesa, señorita. ¿Quiere que le lleve a caballito hacia allí?-dijo esperando un sí.
-Me lo tendría que pensar-dijo en bromas- jajajaja claro que si cari.
Pere la coge. Las manos se quedan más abajo que la cintura.
Un escalofrío recorre el cuerpo de Aetiss. Le gusta que le acaricie. Le gusta que le susurre. La lleva hasta el salón. La sienta en el sofá. Va directo a despertar a los otros dos.-¡Familia que es hora de despertarse ya!-dijo chillando y riéndose.
-Un ratito más, que se está muy bien abrazando a Raúl- dijo Ania.
Raúl se despierta. Mira a su chica. Se besan. El beso de buena mañana. Los dos medio dormidos. El sol ya ha salido. Es hora de ir a dar un paseo.
Raúl y Ania se levantan. Van hacia donde esta Aetiss, ya comiéndose una tostada con nocilla. Pere le quita el trozo que tiene en la mano.
-Ahora tienes que comer de aquí.- dijo poniéndose la tostada en la boca.
-jajajaja por mi perfecto eh…- dijo con tono picaro.
Aetiss se acerca. Muerde la tostada. Se llena los labios de nocilla. Pere se la quita con sus labios. Son carnosos. Dulces. Tiernos. Salvajes. Todo en conjunto es una explosión de sabores. El mejor desayuno de todas sus vidas. El primer amanecer que ven juntos las dos parejas. El primero, de muchos.
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