-No puedo Aetiss, no puedo.
-¿Que pasa amor?
-Te he sido infiel.
La chica se separa de él. No puede mirarle a los ojos. Le mira a la boca, la boca llena de mentiras. Los ojos de Aetiss empezaron a nublarse sin freno. La primera lagrima, la segunda. La tercera la limpió. Miró a sus ojos por un instante.
-No me lo puedo creer.
-Tengo una explicación...
-¿Sí? Explícamelo, a ver.
-Pues... hace unos 3 meses conocí a una chica que tenía cáncer, y le empecé a gustar. La cosa es que después de una semana, ella me pidió salir, ya que a ella le quedaban pocos días de vida, y no podía decirle que no a una chica que se moriría después de dos semanas, o incluso menos.
-La conclusión es que, ¿ me has puesto los cuernos con una chica que ahora está muerta?
-No, ahí está la parte mala. Ella no murió. Su cáncer se curó.
-¿Esa es la parte mala?
-Sí. Porque no tuve valor a decírtelo.
-Me da igual. Me has sido infiel, me lo podías haber contado. Si a mi me dicen eso yo no acepto. Si quieres a una persona, solo te fijas en ella. Solo la besas a ella. Pere, esto ha terminado.
-Espera que te cuente...- dijo el agarrándola del brazo para que no se fuera de casa de él.
-Ni me toques...- dijo Aetiss haciendo un movimiento brusco con el brazo.
-Pero Aetiss, yo te quiero!- dijo levantándose de la cama.
-Sí, yo también. Pero no es ese el problema ni mucho menos. Es que me has sido infiel, y no me lo has dicho.
-Aetiss yo...- intenta reanudar la frase anterior...
-No digas nada. No quiero oírte.
-Pero...
-Solo dime, ¿durante cuanto?
-Ahí también está lo malo. Sigue.
-¿Que? ¿Osea que vengo a Mallorca a por ti, para estar contigo, y tienes la poca vergüenza de decírmelo ahora?
-Aetiss yo... me estoy enamorando de esa chica.
-Ni me mires, no me mereces. Déjame.
-Pero te quiero a ti.
-¿Y que? ¡Te estás enamorando de ella! Ya se que no soy perfecta, pero soy tu novia. Bueno, al menos lo era hasta ahora.
-Aetiss... lo... siento...- dijo mientras se cortaba en cada palabra a causa de las lagrimas al ver llorar a la chica.
-Esta despedida está siendo demasiado larga. Adiós. Piensa.
Y sin intercambiar más palabras, Aetiss salió corriendo de casa de Pere. Llegó a una cabina de teléfono y marcó el numero de Anastasia.
"Pip-Pip-Pip"
-¿Sí?
-Hola herm...
-Aetiss, ¿eres tu?
-Si... Necesito que vengas a buscarme.
-¿Que pasa?
-Cuando estés te lo cuento... ¿donde estás?
-En casa de Raúl...
-Lo siento...¿interrumpo algo?
-Para nada, solo hablábamos. ¿donde estás?
-En la cabina de al lado de casa del tío con el que salía.- esas palabras retumbaron en la cabina. Aetiss se gira un momento y ve a Pere asomado al balcón. Está llorando. Sin embargo, a ella no le afecta. O eso quiere.
-Enseguida voy a buscarte.
Anastasia se levanta del regazo de Raúl y sale corriendo. Está a dos calles, pero coge su moto de color azul, su casco con su nombre y la chaqueta. Esta lloviendo. Y debe ir con cuidado. Llega. Da el casco rosa a Aetiss y se van a casa de Raúl, el novio de Anastasia.
El verano está apunto de acabarse. La familia de Aetiss hace un mes que está con ella. Han estado consolándola en todo, y sobretodo, en la relación que está a dos semanas de mantener con un chico de Barcelona.
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