-¿Si?
-Hola princesa. ¿Donde estás?
-En la puerta de mi casa, ¿vienes?
-Claro, en dos minutos estoy ahí.
-Vale cielo, te quiero.
-Y yo a ti pequeña.
Era Samuel, Samu. Un chico de pelo negro, corto y ojos marrón verdosos. Alto y moreno. Deportista y listo. Cariñoso, dulce, celoso. Tal y como le gustan a Aetiss. Le quiere, muchísimo. Llevan varias semanas tonteando, y hace dos semanas se vieron, y se ven cada día.. Quedaron en que, al día siguiente quedarían. Ahí está. Tan guapo como siempre.
-¿A donde quieres ir?
-Contigo soy capaz de ir hasta el final del mundo.-dijo ella.
-Pues cojámonos de la mano y escapemos juntos a un mundo donde solo tu y yo podamos existir y ser felices tal y como queremos y desamos con todas nuestras fuerzas.
-No puedo estar mas de acuerdo,contigo para sobrevivir,me basta,me alimentare de tus labios y viviré a base de tus besos...
Al oír eso, Samu cogió de la mano a Aetiss, que esta cada segundo que pasaba se ponía más colorada. Se alejan del portal de Aetiss caminando sin rumbo. Se aproximan a un parque que hay a 20 minutos del portal. Aetiss se sienta en el regazo de Samu. Que este se sienta en un banco al lado de una fuente.
-Amor, prométeme una cosa.
-Vale.
-Bueno mejor dos.
-Vale, dime.
-Pf, creo que tres.
-Venga, va amor, dime.
-La primera es que siempre me vas a querer. La segunda es que nunca me dejarás solo.
-¿Y la tercera?
-La tercera ya se ha cumplido.
-¿Cual era?
-Que no te separarías de mi cuando estuviéramos juntos.
-Te amo tanto.
-Y yo a ti, princesa.
-¿Sabes que?
-¿Que?
-Cuando te miro, siento que te conozco desde siempre, y eso nunca cambiará.
-Haces que me sienta en una nube, pequeña.
-Me gusta que me llames pequeña.
-A mi me gustas tú.
Un largo beso hace que finalice la frase de golpe. Sus labios se rozan mientras una chispa de fuego se enciende en los dos corazones, que ellos mismos están haciendo que se unan y formen solo uno. Se van separando poco a poco, pero aceleran cuando el móvil de Samu suena.
-Hola, mamá.
-Hola cariño, ¿como estás?
-Bien, aquí con Aetiss.
-¿Queréis que se venga a dormir hoy?
-Por mi si.
Samu se gira y observa a Aetiss. Le pregunta y ella afirma contenta. De repente, Aetiss mira el brazo de Samu. Tiene la pulsera que ella le envió, con el nombre de ella.
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