Distancia,

La distancia es una mierda, sobretodo en la adolescencia..

jueves, 3 de noviembre de 2011

En el hospital. ¿Primera vez?


La ambulancia del hospital de Manacor llegó en cuanto pudo. Sus amigos estaban muy preocupados. Primero Ania y luego Raúl. Raúl con la poca fuerza que tenia hablaba con sus amigos, y por supuesto, con su novia, Ania.
-El hombre... me dijo que... te saque de la caseta de s'Illot.
-¿Que?¿Como sabe que fuiste tu? Es imposible- dijo Ania.
-Ya... no me importa estar así por ti, por haberte salvado.
-No te preocupes Ania, Raúl se pondrá bien, cuando lleguemos al hospital le harán unas pruebas y nos dirán lo que le pasa. -dijo Pere, mientras abrazaba a Aetiss, fuerte, sin querer soltarla.
Llegan al hospital. Ponen a Raúl en una camilla. Ania pidió por favor que Aetiss y Pere se fueran a casa. Quería estar sola con él. Ellos insisten. Pero Ania era muy cabezona.


Ania estaba deprimida, eran las 4 de la mañana. Se siente culpable. Aunque sabe que no lo es. Raúl esta haciendo-se las pruebas. Pere y Aetiss se fueron a casa de Pere.
Faltan dos calles para llegar. Aetiss esta cansada. Pere la coge en brazos. Le da un beso para calmarla. Queda media calle, y el beso aun no ha acabado. Aetiss acaricia a Pere. Pere responde. Se la devuelve. Aetiss tiene miedo. No sabe si van a llegar mas allá de los besos, caricias y abrazos. Ella no sabe que hacer. Así que decide no decir nada. Llegaron a casa de Pere. Pere abre la puerta. Mira a Aetiss, esta alterada, con ganas de más, ninguno de los dos saben que hacer. Van a la habitación y se ponen el pijama. Hace mucha calor, Aetiss se queda en sujetador y pantalones cortos, y Pere simplemente en pantalones y sin camiseta.
Aetiss se tumba. En la cama. Boca abajo. Cierra los ojos. Pere esta debajo de ella. Le besa. Aetiss esta decidida.
-Que vamos a hacer?- dijo entrecortada por los besos.
-No lo se, dejémonos llevar...-dijo Pere.
Aetiss asiente. Los dos tienen miedo, pero van a cumplir 16 dentro de pocos meses. Se desean no ven ningún problema.
Se besan. Se acarician. Pere le besa el cuello, con mucho deseo. Se tienen muchísimas ganas. Pere baja la mano del cuello de ella y le acaricia, suavemente, tiene cosquillas, pero no se ríe, tiene la boca ocupada.
Aetiss no esta preparada para llegar a hacer el amor todavía. Pere para. Se sientan.
-Lo siento, no estoy preparada del todo, tengo miedo...
-No pasa nada cariño, yo te espero, tranquila...
-¿Enserio amor?
-Claro que si, voy a pasar el resto de mi vida contigo.
-Por supuesto, pero... no se, se te veía tan entregado...
-Ya, pero amor, si no, pues no, ¿vale? No te preocupes.
-Esta bien. ¿Podemos besarnos no?
-¿Hace falta que te conteste?
Rápidamente la volvió a besar. Son las 6 de la mañana y deciden irse a dormir, pero antes, llaman a Ania.
-¿Ania cariño estas bien?- Preguntó Aetiss.
-Sí, Raúl aún esta haciendo-se las pruebas, no me han dado ninguna noticia, pero si una manta y un café.
-Uf, a las 8 mas o menos estaremos allí ¿vale?
-Vale, luego me iré a duchar y esas cosas...
-Esta bien amor, hasta luego, te queremos cosita.
Pere y Aetiss se visten, han dormido una hora. Van a desayunar. Pere coge magdalenas del armario. Aetiss la leche de la nevera y el Nesquik del armario.
Ve una nota que pone ”Si em dius vine, ho deixo tot, però digue'm vine.“, le recuerda a aquel libro que se leyó cuando aún estaban en la distancia. Era una época dura para ellos. Lloraron mucho. Rieron aún más. Alguna que otra discusión pequeña, pero que dolían mucho. Por tonterías, los dos lloraban. Pero el amor puede con todo.

Ania esta en la sala de espera. Son las 7:30 de la mañana, y aún no le han dicho nada. Esta esperando alguna noticia. Se repente viene Judith, la hermana de Ania, y Miguel, su novio. Ania le había enviado un mensaje para que vinieran. Raramente, Miguel, es hermano de Raúl, y están muy preocupados.
-Tata, ¿estas bien?
-Si, bonita gracias por venir a los dos.
-He llamado a Aetiss, ya vienen.
-He hablado antes con ellos, gracias igualmente.
Aetiss y Pere llegan. Como había dicho Judith. Saludaron a todos con un abrazo. El medico irrumpe la sala.
-¿Familiares de Raúl?
-¡Nosotros!- dijeron todos a la vez.


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